pasaje, cuando se dirige al pueblo para demandarle los distintivos necesarios para demostrar la presencia y vivir en obediencia delante de Él como una vitrina a las naciones, les recuerda su propósito misionero para todas las culturas: «Así todos los pueblos de la tierra sabrán que el Señor es Dios, y que no hay otro» (1 R 8:60). El Dios de Israel es el Dios para todos los pueblos. Por esa razón podemos gustar tan bellamente en los libros proféticos mensajes para otras naciones: todas pertenecen
Page 12